Lamprea (petromyzon marinus)
Se trata de una especie anádroma, que significa que vive en el mar pero se reproduce en el río. La lamprea prefiere ríos de gran caudal, con aguas no demasiado rápidas, y se coloca en los tramos bajo y medio. En la península ibérica, la lamprea se conserva en los cauces de los ríos Guadiana, Ebro y Guadalquivir, y en la costa de Galicia y Asturias.
Se distinguen diversas especies de lamprea; la marina tiene un aspecto similar al de la anguila, aunque con una característica que la diferencia ya que presenta siete agujeros bajo sus ojos que la anguila no posee. Su aspecto es muy similar a la lamprea de río, que posee un moco cutáneo tóxico que es preciso eliminar junto con la piel antes de cocinarla. La lamprea es un pescado azul de elevado contenido graso. Por tratarse de un pescado azul, sus grasas características son los ácidos grasos omega-3, que contribuyen a disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos plasmáticos y además hacen más fluida la sangre, lo que previene la formación de coágulos o trombos. Su contenido proteico es moderado, sin embargo sus proteínas son de buena calidad ya que poseen todos los aminoácidos esenciales. Entre las vitaminas destacan la B1 y la B2. Al ser un pescado graso, la lamprea posee también vitaminas liposolubles (solubles en grasa) A y D, que se acumulan en su hígado y músculos. En cuanto a los minerales, la lamprea posee entre otros, potasio, fósforo, magnesio, hierro, zinc y yodo. Únicamente la lamprea presenta un inconveniente, su contenido en purinas. Las purinas en el organismo se transforman en ácido úrico, por lo que no se aconseja su consumo en caso de hiperuricemia o gota.
Es importante saber que antes de cocinarla es necesario darle un corte en la cola para desangrarla. La lamprea se puede cocinar de formas muy diversas, bien sea asada, cocida, frita, escalfada, salteada e incluso como ingrediente base de sopas. Acompañada de diferentes guarniciones como mariscos, verduras asadas o salteadas y salsas, resulta exquisita. Sin embargo, hoy en día la lamprea no es un pescado muy consumido debido a que su escasez cada vez es mayor.
Se distinguen diversas especies de lamprea; la marina tiene un aspecto similar al de la anguila, aunque con una característica que la diferencia ya que presenta siete agujeros bajo sus ojos que la anguila no posee. Su aspecto es muy similar a la lamprea de río, que posee un moco cutáneo tóxico que es preciso eliminar junto con la piel antes de cocinarla. La lamprea es un pescado azul de elevado contenido graso. Por tratarse de un pescado azul, sus grasas características son los ácidos grasos omega-3, que contribuyen a disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos plasmáticos y además hacen más fluida la sangre, lo que previene la formación de coágulos o trombos. Su contenido proteico es moderado, sin embargo sus proteínas son de buena calidad ya que poseen todos los aminoácidos esenciales. Entre las vitaminas destacan la B1 y la B2. Al ser un pescado graso, la lamprea posee también vitaminas liposolubles (solubles en grasa) A y D, que se acumulan en su hígado y músculos. En cuanto a los minerales, la lamprea posee entre otros, potasio, fósforo, magnesio, hierro, zinc y yodo. Únicamente la lamprea presenta un inconveniente, su contenido en purinas. Las purinas en el organismo se transforman en ácido úrico, por lo que no se aconseja su consumo en caso de hiperuricemia o gota.
Es importante saber que antes de cocinarla es necesario darle un corte en la cola para desangrarla. La lamprea se puede cocinar de formas muy diversas, bien sea asada, cocida, frita, escalfada, salteada e incluso como ingrediente base de sopas. Acompañada de diferentes guarniciones como mariscos, verduras asadas o salteadas y salsas, resulta exquisita. Sin embargo, hoy en día la lamprea no es un pescado muy consumido debido a que su escasez cada vez es mayor.
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